miércoles, 22 de septiembre de 2010

Cuando mire el reloj en la balsa, eran las doce en punto. Me pareció que hacía mucho tiempo que todo había ocurrido pero en realidad sólo habian transcurrido diez minutos desde el instante en que vi por última vez el reloj, en la popa del destructor, y el instante en que alcancé la balsa, y traté de salvar a mis compañeros, y me quede allí, inmóvil,de pie en la balsa, viendo el mar vacío, oyendo el cortante aullido del viento y pensando que transcurririan por lo menos dos o tres horas antes de que vinieran a rescatarme.
-Relatos de un naufrago-

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