miércoles, 22 de septiembre de 2010


Mi primera impreción fue de estar absolutamente solo en la mitad del mar. Sosteniéndome a flote vi que otra ola reventaba contra el destructor, y que éste, como a 200 metros del lugar en que me encontraba, se precipitaba en un abismo y desaparecía de mi vista.
-Relatos de un naufrago-
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